Normalistas atacan Palacio Nacional; AMLO acusa provocación
Un grupo de normalistas de Ayotzinapa, los estudiantes compañeros de los 43 jóvenes desaparecidos hace casi 10 años en la ciudad de Iguala, Guerrero, ha derribado en la mañana de este miércoles una de las puertas del Palacio Nacional, la residencia del presidente y el centro simbólico del poder Ejecutivo. Los manifestantes, que pretenden así presionar al Gobierno para que Andrés Manuel López Obrador se reúna con ellos e intentar destrabar la investigación sobre el secuestro de los 43 alumnos, han utilizado una furgoneta de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que se encontraba aparcado en la calle como ariete para echar el portón abajo.
Los estudiantes han roto las ventanas del vehículo, retirado el freno de mano y empujado el coche una y otra vez hasta que la puerta de madera ha cedido. En el interior del Palacio Nacional se encontraba López Obrador que, como cada día, ha comparecido ante la prensa en su popular Mañanera. En el momento en el que los jóvenes han intentado irrumpir en el edificio, el presidente todavía estaba en directo. Los policías militares que custodiaban el lugar han disparado gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes. El humo ha inundado el flanco del Palacio mientras los guardias montaban una barricada humana, protegidos por escudos y porras.
El presidente ha afirmado que los manifestantes van a ser atendidos por el subsecretario de Gobernación, Arturo Medina. Preguntado por una reportera presente en la Mañanera, López Obrador ha señalado que él no va a reunirse personalmente con los normalistas. “No, yo estoy analizando y conduciendo todo porque lo que me importa es encontrar a los jóvenes y ya la actitud, no de los padres, sino de los asesores y de las organizaciones que supuestamente defienden derechos humanos, es una actitud en el mejor de los casos política, muy de confrontación en contra nuestra, de provocación, y nosotros pues no queremos para nada la confrontación. Decidle nada más a los padres que estamos dedicados y que estamos avanzando mucho en la investigación”.
La relación entre los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 y López Obrador pasa por uno de sus peores momentos. El presidente, que aseguró como promesa electoral que durante su Administración encontraría a los jóvenes, arremetió duramente mientras estaba en la oposición contra el Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) por las irregularidades en la investigación. Sin embargo, cuando solo quedan tres meses de su sexenio, López Obrador no ha logrado avances sustanciales en el caso. Al contrario, se ha enemistado con los padres y madres de Ayotzinapa, que, tras el fracaso del diálogo, han redoblado su presencia en las calles para presionar al Ejecutivo.
Los familiares de las víctimas exigen que el Gobierno les entregue cientos de documentos de espionaje militar que, según ellos, son clave para poder avanzar en la estancada investigación. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) niega la existencia de dichos archivos, a pesar de que el grupo independiente de expertos (GIEI) que ha investigado el caso afirma que sí se encuentran en poder de los militares. El GIEI acabó abandonando México en julio, frustrado ante la resistencia del Ejército a proporcionar información.
López Obrador, que ha caracterizado su mandato por una dura oposición mediática a las voces críticas con su gestión, no ha dejado sin arremeter ni siquiera a los padres y madres de los estudiantes secuestrados o a las asociaciones en defensa de los derechos humanos que los apoyan. Este miércoles, el presidente ha lamentado que los familiares están siendo “manipulados” por un complot conservador, una mezcla de poderes empresariales, “conservadores” y políticos, cuyo único objetivo, siempre según López Obrador, es aprovechar cualquier oportunidad para atacar a su Gobierno. “Lo que sucede es que ellos están siendo manipulados por el grupo que encabeza [el senador independiente Emilio] Álvarez Ycaza, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA [Organización de los Estados Americanos], grupos conservadores de derecha apoyados por gobiernos extranjeros que lo que quieren es hacernos daño políticamente hablando”, ha cargado el mandatario.
“Lo que quieren no es que lleguemos a conocer la verdad, y que se haga justicia, sino que ya lo tienen como una bandera en contra de nosotros. Los padres ni siquiera tienen toda la información porque les prohíben los abogados hablar con nosotros. Ustedes saben que les mandé un informe a cada uno de los papás y de las mamás y no los quisieron recibir porque se lo prohibieron los abogados. Nosotros lo que queremos es conocer la verdad y vamos a lograrlo, tengo confianza en eso, y vamos a encontrar a los jóvenes que es lo más importante, pero ya esto es otra cosa, esto ya tiene otros propósitos”, ha sostenido López Obrador.
Las asociaciones a las que se refiere el presidente, como el Centro Prodh, son ampliamente reconocidas a nivel nacional e internacional por su labor en la defensa de los derechos humanos. Dos de los abogados del Prodh, Santiago Aguirre y María Luis Aguilar, con una trayectoria intachable en su campo y asesores de las familias de Ayotzinapa, fueron espiados con el programa Pegasus por el Ejército, según demostró una investigación de Citizen Lab, la Red en Defensa de los Derechos Digitales, Social TIC y Artículo 19 el pasado abril.
Nota de origen: https://elpais.com/mexico/2024-03-06/los-normalistas-de-ayotzinapa-echan-abajo-una-de-las-puertas-del-palacio-nacional-para-presionar-a-lopez-obrador.html
Fuente original de fotografía: Gobierno de México.