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Oaxaca decidió: Se termina el negocio familiar de Benjamín Robles

Carmen Martínez.

Aún con sus antecedentes de violencia política en razón de género, Benjamín Robles Montoya llevó hasta el final su campaña rumbo al Senado de la República, pero poco le sirvió su recorrido por Oaxaca porque no alcanzó los votos suficientes para obtener un curul.

La ambición política de Benjamín Robles es ya conocida por los oaxaqueños, pero se hizo más latente desde el 2022, cuando peleó con Lenin López Nelio por la dirigencia estatal del Partido del Trabajo (PT), provocando que se crearan dos grupos internos, donde hasta sus propios militantes no sabían quién era su dirigente legal.

Después, se vino la denuncia de Hita Ortiz Silva ante el Tribunal Electoral del Estado de Oaxaca (TEEO), donde mostró las distintas ocasiones en que el petista “me ha violentado, discriminado, invisibilizado, menoscabado, humillado, engañado y ocultado información que como militante e integrante de la Comisión Ejecutiva Estatal tengo derecho a conocer”.

Ortiz Silva llamó “violentador de cuello blanco” a Benjamín Robles, ya que en la vida pública política, el aludido incluye en sus discursos su presunto respaldo a las mujeres y sus derechos, pero dentro del partido, deja fuera a las mujeres que no entran en sus intereses personales y en sus acuerdos con otras personas y partidos de la Cuarta Transformación.

Con solo el 11.36 por ciento de votos, Benjamín Robles se queda fuera del Senado de la República, siendo rebasado por Laura Estrada Mauro del Verde Ecologista, con el 12.99 por ciento, y por el morenista Antonino Morales Toledo, quien obtuvo el 47.96 por ciento; a este último, Robles Montoya lo utilizó como su contrincante principal en el debate, con acusaciones infundadas, que solo mostraron su desesperación por querer convencer a la ciudadanía con el uso de ataques.

Aunado a ello, Benjamín Robles iba en fórmula con Karla Gabriela Jiménez Carrasco, una mujer que desconoce de lealtades y banderas partidistas para permanecer dentro de la política en el estado; quien además ha utilizado el falso estandarte de víctima de amenazas y persecusiones para obtener la empatía de la ciudadanía, pero que ahora no le alcanzó.

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