Fuera del PRI, Liz Concha, sin relevancia; ¿mantendrá diputación regalada por el partido?
Carmen Martínez.
El día de ayer, Lizbeth Concha Ojeda hizo pública su decisión de renunciar a su militancia dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), así como a su cargo de Secretaria General en el Comité Ejecutivo Estatal, y sin revelar si también renunciará a la diputación local plurinominal que debía asumir en la siguiente legislatura local, que iniciará en unos días; un anuncio que pasó desapercibido, sin mayor relevancia para el priismo, contrario a lo que ocurrió en otros casos del pasado.
Y es que Liz Concha era vista dentro de la militancia del partido tricolor como una persona que no aportaba nada al PRI, esto, aplicándolo tanto a nivel regional, estatal y hasta nacional; ya que mientras ella pregonaba ser representante del pueblo de la Mixteca, la realidad es que en dicha región nadie la conoce.
Mismo caso ocurre con su padre, Elpidio Concha Arellano, quien es mayormente conocido por su oscuro pasado que por su presunto aporte al priismo; tanto esta persona como su propia hija Liz Concha, consiguieron mantenerse dentro de la política gracias a que detrás de ellos tenían el nombre del PRI, ya que en solitario nadie los reconoce.
Solo basta hacer mención de lo ocurrido en el año 2015, cuando Elpidio Concha Arellano fue nombrado como nuevo delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) en Oaxaca, cargo que causó polémica por el señalamiento que el político se encontraba presuntamente relacionado con el asesinato de un maestro.
Era el año 2004 cuando el profesor Serafín García Contreras, de 63 años de edad, fue asesinado en Puente de Fierro, del municipio de Huautla de Jiménez, donde se pretendía hacer un mitin político para el entonces candidato a gobernador y posterior gobernador del estado, Ulises Ruiz Ortiz.
Elpidio Concha, fiel aliado de Ulises Ruiz, encabezó un enfrentamiento entre militantes del PRI e integrantes del Frente Único Huautleco (FUH), organización adherida al Partido de la Revolución Democrática (PRD); los testigos de los hechos relataron que los perredistas trataron de impedir el paso de los priistas, quienes rompieron el cerco y, armados con machetes y palos, golpearon al profesor Serafín García Contreras.
También, los testigos afirmaron que fue Elpidio Concha quien dio la orden de iniciar la agresión para romper el cerco que pusieron los militantes del PRD para impedir que se realizara el mitin para el entonces candidato Ulises Ruiz; ya en la gresca, Jacinto Pineda Casimiro, alias “El Diablo”, y los hermanos Feliciano y Aarón Quiroga Martínez, arremetieron con palos contra García, quien murió a consecuencia de esos golpes. Posteriormente, en el Palacio Municipal de Huautla, “El Diablo” se reunió con Elpidio Concha.
Además, en el año 2020, se descubrió que Elpidio Concha falsificó un documento de una supuesta asamblea de ejidatarios de San Pedro Chicozapotes, del 13 de octubre de 2013, en la cual “le cedían” más de 206 hectáreas de tierras ejidales; las indagatorias dieron como resultado que se falsificaron firmas de 150 ejidatarios e incluso, aparecen las de personas que murieron hace 30 años, y de otros que desde hace 15 años viven en Estados Unidos.