Perciben oaxaqueños a los cajeros automáticos, mercados y transporte público, como las zonas más inseguras
Alexandra Zolorio
La persistente sensación de inseguridad en la capital oaxaqueña se focaliza en puntos específicos de la vida cotidiana, según los recientes datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI.
Una abrumadora mayoría de los ciudadanos mayores de 18 años identifica los cajeros automáticos como los lugares más peligrosos en la vía pública, alcanzando un 80.6 por ciento de percepción de inseguridad.
Este dato revela una profunda desconfianza al momento de realizar transacciones financieras básicas, lo que limita la autonomía y genera ansiedad entre los usuarios. La vulnerabilidad percibida en estos espacios, a menudo aislados y con poca vigilancia, los convierte en blancos fáciles para la delincuencia.
En segundo lugar, los mercados de la ciudad se consolidan como otro foco de preocupación, con un 67.4 por ciento de los encuestados que los consideran inseguros. La aglomeración de personas, el manejo de efectivo y, en algunos casos, la falta de controles de seguridad contribuyen a esta percepción de riesgo.
El transporte público también genera una importante sensación de inseguridad entre los oaxaqueños, con un 64.1 por ciento que lo percibe como una zona de riesgo. Esta cifra subraya la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad en autobuses, taxis y otros medios de transporte para proteger a los usuarios durante sus traslados diarios.
Finalmente, la simple acción de ir solo a un banco genera desconfianza en el 63.9 por ciento de la población. El temor a ser víctima de la delincuencia al ingresar o salir de una sucursal bancaria evidencia la necesidad de reforzar la seguridad en estos establecimientos y sus alrededores, principalmente en la ciudad de Oaxaca.
Estos datos de la ENSU del INEGI señalan claramente los puntos críticos donde la ciudadanía oaxaqueña se siente más vulnerable a la delincuencia.
La alta percepción de inseguridad en lugares tan cotidianos como los cajeros automáticos, los mercados, el transporte público y los bancos exige una respuesta contundente por parte de las autoridades.
Es fundamental implementar estrategias específicas de seguridad en estos espacios, aumentar la vigilancia, mejorar la iluminación y fomentar la denuncia ciudadana para revertir esta preocupante tendencia y garantizar la seguridad y tranquilidad de los habitantes de Oaxaca.